¡Hola, mis queridos y desocupados lectores!
¿Cómo están? ¿Qué tal abril?
Pues yo ya estoy de regreso en casa, lista para empezar el semestre, pero antes déjenme decirles que este viaje fue genial. La compañía fue excelente, la comida estuvo deliciosa y la ciudad es simplemente encantadora. Los tres íbamos con ideas diferentes de lo que queríamos hacer y queríamos visitar lugares distintos, pero si en algo estuvimos de acuerdo, fue en que nos faltaron días. Mis amigos se hubieran quedado toda la semana, yo me hubiera quedado toda la vida.
En cuanto a la ruta, logré ir a catorce de los quince lugares. Si bien no pude ir al restaurante Polidor, se me atravesó un café muy importante en la historia de la literatura internacional, pero eso vendrá más adelante
Debo decir que esta ruta fue una de las mejores ideas de viaje que he tenido, pues me permitió ver París desde una perspectiva totalmente diferente. Como no los quiero agotar con palabrerías y entradas kilométricas, voy a dividir la ruta en partes (por supuesto no muchas) más cortas (espero). Pero por lo pronto, citando al poeta William Wordsworth: para comenzar, comienza.
Su última residencia
Dirección: 4 rue Martel, 75010 (Distrito 10)

En 1979, Julio decidió comprar un apartamento más grande que el que compartía con su esposa, Carol y encontró uno ideal en la rue Martel. El único problema que le veía al piso era que no le alcanzaba para comprarlo, por lo que su amigo, Saúl Yurkievich, le sugirió que vendiera el manuscrito original de Rayuela. Cortázar siendo Cortázar, no estaba seguro de que alguien quisiera comprar «esos papeles». Actualmente el manuscrito se encuentra en la Universidad de Princeton y con ese ingreso pudieron adquirir el apartamento donde pasarían sus últimos años.

Aquí vivió Julio Cortázar (1914-1984) escritor argentino nacionalizado francés autor de Rayuela.
Galerie Vivienne
Dirección: 6 rue Vivienne, 75002 (Distrito 2).
“… y en cambio nos miramos por primera vez en lo más hondo de la Galerie Vivienne.”
Julio Cortazar, El otro cielo

Quien ha leído el cuento «El otro cielo» ya ha oído hablar de la Galería Vivienne, un pequeño y viejo pasadizo con pocas tiendas y algún café medio olvidado.
En una carta a Paco Porrúa, Cortázar escribió:
“La Galerie Vivienne, por ejemplo, está tal cual [Lautréamont] pudo conocerla en 1870. No han tocado nada, tiene sus estucos de mal gusto, sus librerías de viejo cubiertas de moho, sus vagos zaguanes donde empiezan escaleras cuyo final es imprevisible, y en todo caso negro y siempre un poco aterrador.”

Probablemente la encontramos tal cual Cortázar pudo conocerla. La entrada estaba tan oscura, que por poco y nos la pasamos, las vigas tenían una buena cantidad de telarañas prácticamente fosilizadas y los establecimientos vacíos tenían tanto polvo, que supongo que nadie entra por miedo a morir de alergia.
Museo del Louvre
Dirección: Musée du Louvre, 75001 (Distrito 1).
En 1951, Cortázar recibió un pase permanente para el Louvre, y decidió darle uso visitando el museo casi todas las tardes durante dos años, visitando todas y cada una de las salas, y observando las exposiciones detenidamente.

Debo confesar que cuando primero leí que había dedicado todas las tardes de dos años de su vida a un sólo lugar pensé que probablemente había sido una exageración… y entonces entré al museo.

Estar dentro del Louvre es estar dentro de un lugar ajeno al tiempo en el que vivimos. No sólo los objetos y las exposiciones son distintos, sino que todo el ambiente cambia completamente. En el Louvre cuando uno pasa a otra sala, pasa a otra época.


En algunas salas había alumnos sentados en el piso escuchando a su profesor leerles algún libro de historia. En otras, había gente dibujando lo que veía en un cuaderno. De cualquier manera, ver tanta actividad dentro del museo es genial.

Dos hombres mayores de edad estaban sentados en el centro de una de las salas. Dibujaban con mucho cuidado uno de los cuadros y estaban tan concentrados, que casi no hablaban entre ellos. Podría haberme seguido caminando y dejarlos dibujar en paz, pero en un arranque de locura decidí caminar hacia ellos y preguntar en mi mejor francés (que no es muy diferente de mi peor francés) si podía tomar una foto. Para mi sorpresa, dijeron que sí e incluso me pidieron que les tomara una foto con su teléfono. Pasaron los siguientes segundos aguantándose la risa y diciéndose entre ellos algo así como «quédate quieto y pon cara de profesional».

Mi acento tan marcado resultó ser una excelente oportunidad para aquellos que hablaban español. No necesitaba decir más de tres palabras para que ellos adivinaran que disto mucho de dominar el francés y, como probablemente no querían fomentar tal agresión a su lenguaje, preferían poner en práctica su español -que, por cierto, no era muy bueno.


Algunas salas tenían paredes cubiertas de espejos que iban de piso a techo y por supuesto no podían faltar las hordas de turistas aprovechando dichos espejos para tomarse selfies. Claro que yo no estoy de acuerdo con detener el tráfico entre salas para tomarse fotos en los espejos.
Así que nos fuimos a un lugar un poco más grande y espacioso para poder tomar la obligatoria selfie en el espejo sin estorbar a nadie.

La ruta Cortázar:
Parte 1: Su última residencia, Galerie Vivienne, Museo del Louvre
Parte 2: Pont du Carrousel, Pont des Arts, Pont Neuf, Place Dauphine
Parte 3: Café Old Navy, Librería la Hune, Les Deux Magots, Biblioteca del Arsenal
6 respuestas a “París: la ruta Cortázar, pt. 1”
Me encantó la entrada.
Muy buenas fotos, felicidades!
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Gracias! Un abrazo 😀
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