«¿Qué estás leyendo?» es la pregunta que oficialmente inaugura el club de lectura de Will Schwalbe y su madre, Mary Anne, mientras esperan en el centro de atención a pacientes con cáncer en el hospital Memorial Sloan-Kettering.
Mary Anne llevó una vida llena de compromisos, obligaciones, voluntariados y libros, y es en los últimos meses de su vida que puede compartirlos una vez más con su hijo.
Este libro apareció en mi Kindle hace un par de años cuando mi papá lo compró para el suyo. Aunque el título se veía prometedor, cada vez que pensaba en leerlo, algún otro libro se me atravesaba.
No fue hasta este abril, cuando me encontraba sentada en un tren con cuatro horas de camino por delante, que decidí buscar el Kindle en mi maleta y leer El club del final de tu vida.

En teoría, este libro habla acerca de otros libros y de cómo éstos pueden cambiar nuestra vida, pero tras leer unas cuantas páginas, me encontré con la incomodidad de que no estaba leyendo de libros. Estaba leyendo de la vida de Mary Anne a través de los amorosos y devotos ojos de su hijo.
Nadie puede negar que la mujer fue valiente, fuerte, esforzada y admirable, pero llegó un punto en que el autor comentaba un libro en un párrafo y usaba el resto del capítulo para contar anécdotas de su maravillosa madre. Casi como si estuviera tratando de convencer al lector de lo increíble que era Mary Anne, en lugar de dejarlo llegar a esa conclusión por sí mismo.
Lo terminé bastante rápido, pues no es una lectura complicada, y agregué algunos títulos a mi lista de lecturas pendientes, pero este no es un libro que yo recomendaría normalmente. Lo leí porque alguien que conozco lo disfrutó mucho, entonces creo que los que decidan leerlo deberán decidir por sí mismos si les gusta o no.