Notarán que en el título de este post se encuentra Sir Walter Scott, quien es probablemente el escritor más renombrado de Escocia. Pero antes de hablar de su legado e influencia, déjenme contarles del Museo del escritor.
The Writers’ Museum (El museo del escritor)
Localizado en Lady Stair’s House, Lady Stair’s Close, Lawnmarket, el museo del escritor es más bien una casa grande adaptada a museo.

Este pequeño y simpático museo está dedicado solamente a Robert Burns (el poeta en lengua escocesa más importante y conocido), a Robert Louis Stevenson (El extraño caso delDoctor Jekyll y Mr. Hyde, La isla del tesoro, etc.) y a Sir Walter Scott (Waverley, Ivanhoe, etc.).

La casa fue construida en 1622 para Sir Walter Gray y su esposa, Geida, por lo que originalmente se llamaba Lady Gray’s House. En 1719, Lady Elizabeth Dundas, condesa de Stair compró el edificio y así fue como obtuvo su actual nombre de Lady Stair’s House. En 1907, el dueño en turno donó la casa al estado para que fuera utilizada como museo.
El patio de esa casa sí es particular, pues es el Makars’ Court, un monumento literario que cambia y evoluciona constantemente, pues algunas piedras tienen citas de autores escoceses. Las citas están en inglés, latín, scot y gaelic (lenguas escocesas).

La palabra «makar» significa ambas cosas «hacedor» y «poeta», hay quien la traduce como «hacedor talentoso o versátil en el arte de escribir». Hoy en día, Edimburgo escoge un Makar como poeta principal y la posición dura tres años.
Actualmente la makar de Edimburgo es la encantadora Christine De Luca. Nosotros tuvimos la oportunidad de conocerla cuando dio una plática para nuestro grupo, en la que leyó algunos de sus poemas y nos compartió un poco de su infancia.
Y es aquí conde les platico de uno de los más famosos e importantes de Escocia; el orgullo nacional, el novelista escocés por excelencia.

Walter Scott
Sir Walter Scott nació el 15 de agosto de 1771 en College Wynd, Edimburgo. Fue novelista histórico, poeta, dramaturgo, editor, abogado y político de influencia. Sus novelas fueron (y siguen siendo) de lo más populares no sólo en el Reino Unido, sino también alrededor del mundo.

En 1773 contrajo polio y quedó minusválido, por lo que fue enviado a las Scottish Borders (literalmente las fronteras escocesas, que colindan con Inglaterra), donde pasó algunos años. Es gracias a esto que Scott está sentado en todos los monumentos y retratos.

En 1778, Scott se mudó con su familia a la casa en George Square, sólo a unos metros de distancia de la casa que Arthur Conan Doyle ocuparía cien años más tarde, y enfrente de la universidad donde, 237 años después, yo ocuparía una silla durante dos semanas.
Fun fact: el monumento a Walter Scott, ubicado en Princes Street Gardens y construido en 1840, es el monumento más grande del mundo dedicado a un escritor. Es una estructura gótica victoriana de 61.11 metros de altura, con un Walter de mármol sentado en el centro.

El monumento es un orgullo para los Escoceses, y es un lugar donde todos los amantes de la literatura pueden admirar a Sir Walter… todos excepto Mark Twain, quien cada que pasaba por ahí, se molestaba de nuevo.

¿Recuerdan que les comenté que Mark Twain anduvo por Edimburgo? ¿Recuerdan que les dije que él no era amigo de todos? Bueno, pues la razón del comentario es que Mark Twain odiaba a Walter Scott con toda su alma, pues lo culpaba por haber influido en la Guerra Civil en Estados Unidos con sus ideas:
«Es entonces cuando aparece sir Walter Scott con sus encantamientos, y por su solo poder frena esta ola de progreso, y hasta consigue hacerla retroceder. Hace que el mundo se enamore de sueños y fantasmas; de corruptas y falsas formas de religión; de corruptos y falsos sistemas de gobierno; de las tontas, vacías y falsas grandezas, los falsos ornamentos y las falsas caballerías de una sociedad estúpida e inútil desaparecida hace ya largo tiempo.»
Mark Twain, Vida en el Mississippi (1883)
Mark Twain odiaba tanto al escocés, que en su libro Las aventuras de Huckleberry Finn, el barco que se hunde se llama Walter Scott.
Me pregunto qué habrá pensado al ver la estación de tren, que se llama Waverley gracias a la novela de Sir Walter y se encuentra ubicada en el mero centro de la ciudad.

Es justo en Waverley Station donde empezó y terminó mi viaje por Edimburgo.