Reseña: La fiesta de la insignificancia

La fiesta de la insignificancia, de Milan Kundera

“Yo preferiría un mundo en el que todos, sin excepción, pidiéramos perdón y, por las buenas, inútil y exageradamente, todos cargáramos con las disculpas.”

Milan Kundera es un nombre que yo desconocía totalmente hasta hace poco menos de dos meses. Estábamos un amigo y yo caminando por la librería cuando de pronto vio el libro y me lo mostró con mucho entusiasmo, afirmando que era una lectura excelente.

Esta novela sigue el caminar, las conversaciones y reflexiones de Alain, Calibán, Charles, D’Ardelo, Quaquelique y Ramón antes, durante y después de una fiesta organizada por D’Ardelo. Cada uno tiene sus problemas, sus motivaciones y sus ideas acerca de la vida: Alain vive día a día el trauma de haber sido abandonado por una madre que no lo quería, D’Ardelo se acaba de enterar que no padece de cáncer pero miente al respecto, Ramón es un intelectual retirado, Quaquelique es un viejo que aún busca aventuras del tipo romántico y sexual, Charles debe organizar la fiesta y Calibán, mi favorito, finge ser un mesero pakistaní para comunicarse sin intercambiar palabra alguna con una mesera portuguesa.

“Siempre había tenido la vaga idea de que, si hubiera nacido unos sesenta años antes, habría sido artista. Una idea realmente vaga, porque no sabía qué quería decir la palabra artista hoy en día. ¿Un pintor convertido en un decorador de escaparates? ¿Un poeta? ¿Existían todavía los poetas?”

La novela ha tenido opiniones polarizadas. Hay quien dice que la falta de historia, lo desordenado de las situaciones y la trama confusa son un claro indicador de que la edad finalmente alcanzó al autor y que, a sus 85 años terminó escribiendo por escribir. Hay quien dice que en ella se cumple el sueño estético de Kundera y que su afán por encontrar la esencia de la vida en su insignificancia es clara muestra de su genialidad. Si me preguntan a mí, es una historia breve y entretenida sobre un grupo de hombres viejos cuyos pensamientos no distan mucho de los de un hombre real. ¿Cuántos no tenemos un tío lejano viejo y ridículo que piensa en todo el sexo que ya no puede tener? ¿Cuántos no conocen a alguien que ha fingido estar más enfermo de lo que dicen los médicos, simplemente para llamar la atención un rato? ¿Cuántos no nos hemos detenido a pensar en la situación social actual, en su origen y su razón de ser? Si hay algo que me gusta en un libro, es eso, la capacidad de capturar el entrelazado de absurdo y lo serio que vemos en la vida real.

En una novela llena de humor y situaciones absurdas, jugando con el diálogo y el tiempo, Kundera se toma la libertad de explorar temas sobre los cuales uno podría discutir durante horas sin decir realmente nada. «Proyectar una luz sobre los problemas y a la vez no pronunciar una sola frase seria, estar fascinado por la realidad del mundo contemporáneo y, a la vez, evitar todo realismo»nos avisa la contraportada. Sea cual sea la idea o razón del libro, Kundera deja un mensaje claro: la clave está en la insignificancia misma.

“La insignificancia, amigo, es la esencia de la existencia. Está con nosotros en todas partes y en todo momento. Está presente incluso cuando no se la quiere ver en el horror, en las luchas sangrientas, en las peores desgracias.”

  Mi edición:  Tapa blanda, publicado en el 2015 por Tusquets Editores.
Mi edición: Tapa blanda, publicado en el 2015 por Tusquets Editores.
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