Para ponernos al corriente

Es increíble lo rápido que pasa el tiempo. Ya es septiembre y heme aquí, pensando en todas las cosas que he hecho y no he hecho desde que empezó el año. Pienso que este es un buen momento para volver a enero y ver si he logrado las metas e intenciones que me puse para el 2017, cuando escribí El año del pensamiento disciplinado. Después de todo, ustedes, mis queridos lectores, son mis «accountability buddies».

De la lista de metas de este año

Levantarme temprano

¡Ya despierto temprano! Siempre despierto entre las siete y ocho de la mañana y tengo mucho más tiempo para hacer cosas.

Aplicar para una maestría

Hace un año escribí un post llamado Decisiones y hojas cambiantes, donde les conté que dejaría Alemania porque no sabía qué hacer después de la carrera y lo hice. Regresé a México, conseguí trabajo, aprendí cosas nuevas, examiné mi corazón y mis opciones, busqué un montón de maestrías y universidades y tomé una decisión.

Practicar un instrumento

En abril del 2016 compré un Ukelele y he practicado, pero aún no soy muy buena. Pretendo cambiar eso y en próximo año quiero añadir otro instrumento a mi lista.

Estar más despierta a aquello que me rodea

Un diario ayuda. Yo he tenido un diario durante más de un año y debo decir que es increíble lo mucho que percibimos cuando nos sentamos a describir lo que nos rodea. Estoy más consciente no sólo de las emociones de otros sino también de las mías. Observo los olores y las formas, trato de ponerle atención a las cosas pequeñas, a los detalles que muchas veces dejamos pasar, y recuerdo las palabras de Virginia Woolf:

“No demos por sentado que la vida existe con mayor plenitud en aquello comúnmente pensado grande que en lo comúnmente pensado pequeño.”

Mantener el contacto con mis amigos

Para aquellos mantener el contacto con amigos siempre es un problema. En los últimos diez años me he mudado cuatro veces y, no importa cuánto quiera a mis amigos, frecuentemente olvido enviarles mensajes, llamarles de cuando en cuando y contarles qué va pasando con mi vida. Las redes sociales son muy útiles cuando se trata de mantener el contacto con la gente, pero a veces olvido que ver las fotos más recientes y darle «like» a los posts de la gente no es lo mismo que mandar un mensaje privado preguntando cómo están.

Debo confesar que no he sido muy buena en mantener el contacto, pero todavía tengo tiempo.

Abrirme a conocer gente nueva

Hablando de dificultades, esta meta ha sido particularmente aterradora. No soy una persona tímida, pero definitivamente entro en la categoría de introvertidos. No tengo demasiados amigos, no le hablo a los extraños en la calle, me gusta quedarme en casa los viernes en la noche y me gusta estar sola. Disfruto la soledad aun cuando a veces me siento sola. En inglés los términos serían alone lonely.

En otras palabras, ser más abierta ha sido todo un reto.

Aun así creo que he mejorado. Sigo sin tener muchos amigos y sigo sin salir cada fin de semana, pero he cambiado. Hablo más, hago más preguntas, trato de recordar los nombres y las historias de la gente, y trato de compartir más. Todavía me incomodo cuando desconocidos se acercan a decirme cosas y a hacerme preguntas, pero al menos ya no me congelo y trato de irme lo más rápido posible.

Lo que pasó mientras yo no estaba

Tuve mucho trabajo y luego no tuve casi nada

Trabajé como traductora independiente y como maestra de alemán y de inglés en la Ciudad de México. Todo iba bien hasta que los niños salieron de vacaciones y aparentemente nadie quiere aprender idiomas durante el verano, así que me quedé casi sin alumnos y sin dinero.

Mi hermano se mudó a otra ciudad

Mi hermanito ya creció y, el mes pasado, también se mudó a otro lado para estudiar su carrera. Mi familia y yo decidimos tomarnos unos días libres para ir a ciudades a las que no habíamos ido en años. Comimos, tomamos café, hicimos cosas como descenso en ríos, tomamos fotos y disfrutamos lo que parece ser el último viaje, al menos por un tiempo, que hacemos todos juntos como familia.

Me mudé de regreso a Alemania

Todos sabíamos que yo no me iba a quedar mucho tiempo lejos de este país que amo. Me aceptaron en una universidad, empaqué mis cosas, apliqué para una visa y regresé a casa.

“¿Por qué te vas? Para poder volver. Para que puedas ver el lugar desde donde vienes con nuevos ojos y colores adicionales. Y las personas de allí también te ven de manera diferente. Volver a donde empezaste no es lo mismo que nunca partir.”

Terry Pratchett, Un sombrero de cielo

Libros por comentar

Durante las próximas semanas, esperen encontrar comentarios de…

De qué hablamos cuando hablamos de amor, Raymond Carver | Mientras escribo, Stephen King | Prosa del observatorio, Julio Cortázar |

Paola.

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