En México, el término más usado es «sana distancia», al menos por el gobierno, especialmente desde que presentaron a la súper heroína «Susana Distancia», pero en el resto del mundo, el término es «Social Distancing».

Por cierto, algunos expertos, incluyendo a la Organización Mundial de la Salud, afirman que «social distancing» no es la mejor forma de llamarla porque los contactos sociales son vitales para sobrellevar esta temporada. Daniel Aldrich, profesor de ciencias políticas y políticas públicas en la Universidad Northeastern, ha sugerido el término «physical distancing», distancia física. El gobierno de México no andaba tan perdido cuando decidió no llamarla «distancia social». Sin embargo, así la llamaron en Estados Unidos y en el resto del mundo. Yo veo las noticias alemanas todos los días y siempre que hablan de eso, utilizan el término en inglés. En fin.
Cuando comenzó «la cuarentena» en Alemania, yo compartí el siguiente meme de Reddit en mi muro de Facebook:

Y es verdad que el no salir mucho y no tener que interactuar físicamente con gente que no conozco no me ha sido particularmente difícil. A la gente introvertida generalmente nos gusta estar en casa, en nuestro espacio y a mí en lo personal solo me gusta compartirlo con un grupo muy pequeño de personas. Entonces no, no me estoy volviendo loca por salir, aunque a veces sí siento mi departamento de un cuarto un poco pequeño. Me gustaría tener una sala y una cocina más grande, pero mi balconcito y mis idas regulares al súper, a la oficina de correos o a la panadería hacen que no me sienta en aislamiento total.
Sin embargo, en la segunda semana del «encierro», me di cuenta de algo: me estaba poniendo de muy mal humor, muy seguido y me estaba enojando mucho con la gente. Gente que conozco y gente que no conozco. Pasaron dos o tres días antes de que pudiera identificar el problema: eran las redes sociales.
En el newsletter de este mes, hablé de cinco cosas que estoy haciendo ahora que tengo aproximadamente una hora extra porque trabajo desde casa y ya no pierdo tanto tiempo en el transporte público. Son cosas que no hago todos los días, pero que puedo hacer regularmente y que me ayudan a estar bien y de buenas. Sin embargo, son cosas que comencé a hacer una vez que le puse un límite de tiempo a mis redes sociales.
No estoy hablando de #DesconectarseParaConectar, estoy hablando del genuino daño que las redes sociales pueden hacerle a la gente, del desgaste mental y de la angustia que provocan.
Usadas de forma correcta, las redes son fantásticas. Nos ayudan a estar en contacto con amigos y familiares, a mantenernos informados, a participar en conversaciones y discusiones, y a ver otros puntos de vista y otras experiencias. Pero las redes sociales pueden ser muy tóxicas por varias razones y en estos tiempos de pandemia, yo veo dos principales.

#1 Las Fake News
El problema de la desinformación es enorme. Especialmente en México, que según una investigación de la UNAM, es el segundo país con más fake news, hay miles de noticias falsas circulando por las redes y estas pueden causar histeria y pánico. Muchas veces el fin es vender curas milagrosas, pero lo más común es que sean difundidas para obtener interacciones. Las páginas de internet, la publicidad, los posts en las redes sociales, todas se mantienen y reciben ingresos a través de un sistema de interacciones: entre más interacciones tenga un post, más ingresos significa para la empresa. Publicar noticias escandalosas invita a la interacción, independientemente de si sean falsas o no.
Muchas de las noticias engañosas con respecto al coronavirus que he visto en las redes son para hacer quedar particularmente mal al gobierno federal o al presidente, quien no es muy popular entre ciertos sectores de la población. Esto muchas veces provoca que la gente caiga en el «sesgo de confirmación», que es la tendencia a creerle más o a favorecer la información que confirma nuestras propias creencias, ignorando opciones alternativas y, en muchos casos, la verdad. Todos hemos caído alguna vez en noticias falsas, pero el problema se vuelve más grande cuando la gente que se las cree y que las comparte tiene plataformas grandes. En el mejor de los casos, compartir noticias falsas con respecto a una pandemia provoca que la gente se enoje, en el peor, que se muera.
#2 La acumulación de la frustración
Tal vez me creí una noticia falsa y me indigné, tal vez la noticia era real y me asusté, tal vez no es una noticia, sino una tontería compartida por alguien y me hizo enojar, tal vez estoy viendo obsesivamente las cifras de infectados. El caso es que me estoy alarmando y/o frustrando cada vez más.
La situación mundial sí es alarmante y definitivamente provoca mucha ansiedad y frustración. La economía está cayendo, las desigualdades sociales se ven más marcadas que nunca, cada vez hay más gente contagiándose y la respuesta de los gobiernos no siempre es la que esperábamos. Pero el hecho de que las redes sociales nos conecten con todos estos problemas todo el tiempo, significa que todo el tiempo estamos recibiendo muchísima información. Es muy bueno estar informados y al pendiente, pero estar todo el día en las redes solo nos expone a horas y horas de malas noticias y hace que nuestra frustración se vaya acumulando más y más. Si seguimos así, saliendo de esta pandemia vamos a tener que ir directo a terapia.
Entonces, ¿qué podemos hacer?
Todavía nos queda un buen rato de «sana distancia», pasando tiempo en casa, trabajando en condiciones extrañas y definitivamente no ideales, entonces quiero proponer otra forma de «social distancing»: Social Media Distancing.
Igual que con la distancia física, que significa solo salir para necesidades básicas como ir al súper, al banco, a dar caminatas cortas para tomar el aire libre, conviene utilizar las redes para cosas básicas: mantenernos informados, ver en qué va la cosa, ver qué comparte la gente que queremos, y luego ponerles distancia. Después de todo, hay más cosas para ver y para leer y hay más formas de comunicarse.
Abril está llegando a su fin y todavía nos queda mucho por delante, así que vamos tomándola con calma y poniéndole su sana distancia también a las redes. No solo es importante la salud física, también es importante cuidar de nuestra salud mental y una forma de empezar, es haciendo “social media distancing.”