Mujeres Difíciles es una colección de cuentos escritos por la autora estadounidense, Roxane Gay, quien ha aparecido varias veces en el blog. Hace tiempo escribí sobre Confesiones de una Mala Feminista y mencioné el libro del que escribo hoy en mi Calendario de Impacto de febrero. Roxane Gay es una autora a la que sigo desde hace un par de años y en general estoy al pendiente de las cosas que escribe, ya sea en periódicos, en revistas, en ensayos y artículos de opinión o en tuits. Estoy suscrita a su newsletter y siempre me interesa saber qué piensa, aunque no siempre estemos de acuerdo.

Entonces vi a alguien en Twitter recomendar Mujeres Difíciles en su club de lectura y pensé, ¿por qué no? ¿Qué tan difícil puede ser?
Es una lectura difícil.
CW: violencia sexual.
No por la prosa o por el lenguaje. La lectura es difícil porque trata temas difíciles, situaciones de violencia, de trauma, de cosas que sabemos que se viven en el día a día. Algunas historias me hicieron pensar, otras enojar, al menos una me dejó muy, muy triste y una de ellas es casi autobiográfica y me dolió tanto como la primera vez que la escuché. Algunas tienen finales felices, otras… solo finales. Hay dos que parecen de fantasía y una tercera está situada en un futuro distópico y, sin embargo, todas tienen algo de realidad, todas tienen algo que le ha pasado a alguien.
Intenta no caminar ni muy deprisa ni muy despacio. No quiere llamar la atención de nadie. Finge no oír los silbidos y los piropos y los comentarios obscenos. A veces se le olvida, y sale de casa en falda o en camiseta de tirantes porque hace un día caluroso y quiere sentir el aire cálido en su piel desnuda. Al poco, cae en la cuenta. … Cuando sale tarde de la oficina o del bar, llama a un taxi y, cuando el vehículo se para delante de su edificio, otea rápidamente la calle para asegurarse de que puede recorrer sin peligro la corta distancia entre el bordillo y la puerta. Una vez le contó estas precauciones a un amigo y él le dijo: “Has perdido completamente la cabeza.” Después se lo contó a una nueva amiga en el trabajo y esta le dijo: “Cariño, no estás loca. Eres mujer”.
En qué piensa una mujer loca cuando camina por la calle, en Mujeres Difíciles.
Como siempre en una colección de cuentos, no todos me gustaron por igual y el libro ha recibido críticas porque a veces pareciera que las mujeres en cuestión solo encuentran satisfacción si son tratadas violentamente o si son abusadas y agredidas. No sé si estoy de acuerdo con esta crítica. Efectivamente, algunas mujeres buscan la violencia para sentir algo. Un cuento particularmente triste presenta a una protagonista que se busca a un hombre abusivo y golpeador porque siente que merece ser castigada. Pero nunca sentí que fuera porque “solo así encuentran satisfacción”, los personajes, como la gente real, son complejos y a veces toman decisiones autodestructivas, especialmente en respuesta a un trauma. Yo no creo que la literatura siempre deba presentar ejemplos a seguir o situaciones seguras, yo creo que la literatura debe ser honesta y este libro es honesto. Además, nunca presenta esas situaciones como algo positivo, ni busca justificarlas. Son lo que son: complicadas.
Alguien comentó que Mujeres Difíciles no debería llamarse así porque no son las mujeres quienes son difíciles. Viven situaciones difíciles, pero las difíciles no son ellas. En su momento pensé que estaba de acuerdo. A mí tampoco me parecieron mujeres particularmente difíciles. ¿Cómo podríamos decir eso de ellas, sabiendo lo que vivieron y lo que sienten y piensan? ¿Cómo llamarles difíciles si conocemos sus razonamientos y sus experiencias?
Y entonces entendí. ¿Qué pasa cuando no?
¿Qué pasa con todas las mujeres que están fuera de esas páginas? ¿Con las que coincidimos en el día a día? Esa joven que no quiere moverse a ningún lado si no va su hermana con ella, esa mujer que se sienta a llorar en el estacionamiento del supermercado enfrente de todos, esa mujer que se rehúsa a sonreírle a sus compañeros de trabajo, todas esas mujeres que no se comportan «como deberían». ¿Acaso no las llamamos difíciles?
Es más fácil sentir empatía cuando vemos todo lo que alguien está pasando y pensando, cuando sabemos lo que ha vivido, cuando lo tenemos plasmado en el papel. No lo es tanto, cuando lo único que sabemos es lo que vemos: que no sonríe, que está llorando otra vez, que anda de inflexible. No conocemos su situación, sus pensamientos, sus luchas y entonces las juzgamos y las llamamos difíciles, dramáticas. Nos molesta que están haciendo aspavientos, nos molesta que no se dignan a explicar. Nos molesta que la realidad es que no le deben una explicación a nadie.
Mujeres Difíciles es un libro que me hizo sentir muchas cosas, pero no fue sino hasta que terminé y pasó un tiempo que entendí a lo que el título se refiere. El ejercicio en empatía no está dentro de las páginas; está afuera en el mundo real con las mujeres que no conocemos, que solo vemos al pasar. Donde nuestras interacciones son limitadas y nuestras impresiones delatan nuestra falta de empatía, porque no perdemos el tiempo en juzgarlas, en llamarlas arrogantes, amargadas, pesadas, difíciles.
Todas las historias son de ficción, pero todas tienen algo conectado a la realidad, a experiencias que millones de mujeres viven todos los días. Supongo que eso es lo más difícil de todo el libro: el saber que esas realidades están presentes y el darse cuenta de la facilidad con la que juzgamos a quienes las viven.
Descorazona que a una mujer con personalidad la llamen difícil.
Roxane Gay
